El ABS o Sistema Antibloqueo de Frenos (Antilock Braking System por sus siglas en inglés), es uno de los elementos más comunes que se pueden encontrar formando parte del equipamiento de seguridad de serie de los coches.
Como todo elemento de seguridad automotriz, es de uso obligatorio desde Julio de 2004 en todos los coches nuevos que se venden en Europa. Una obligación que no llegó, por ejemplo, a los vehículos que transportan mercancías peligrosas hasta 2011 o a las motos de más de 125 cc hasta 2017.
No obstante, hace ya tanto tiempo que este sistema de seguridad está incorporado en los coches, que para muchos de nosotros podría pasar desapercibido, y no nos imaginemos que, así tal cual los airbags o los cinturones de seguridad, ha estado ahí “desde siempre” en los coches.
Sin embargo, desde su llegada al mercado hasta su obligatoriedad tuvieron que pasar casi 25 años, siendo hasta entonces un elemento opcional y, más atrás, un equipamiento de lujo al alcance de unos pocos coches y bolsillos.
Con el lanzamiento del ABS, se abrió paso a una serie de sistemas electrónicos que ayudan y optimizan la frenada de los vehículos. Éstos sistemas son muy conocidos por sus siglas y como ejemplos tenemos: ESP (control de estabilidad, también conocido como ESC), ASR (sistema de control de tracción, también conocido como TCS).
Cuando frenamos ejercemos presión sobre los frenos: en ocasiones, se puede superar el límite de adherencia del neumático y, por tanto, bloqueamos la rueda, se pierde el poder de frenada mientras se prolonga la misma y se pirder control del coche. El ABS es un sistema que evita que los frenos bloqueen la rueda, eliminando este fallo de interacción entre hombre y máquina de forma automática.
A través de diferentes sensores que detectan el ángulo de giro de las ruedas, la velocidad o el poder de la frenada, el sistema trabaja con la presión del circuito de frenado para racionar la fuerza que ejercemos en el pedal y así evitar el bloqueo de las ruedas. O en palabras más simples, el ABS funciona realizando pequeñas correcciones automáticas en la presión de frenado para evitar el punto de bloqueo de las ruedas.
La mayoría de los vehículos incorpora un testigo de ABS en el cuadro de instrumentos que se enciende durante unos segundos antes de arrancar el coche mientras el sistema comprueba que el ABS está activo y funciona correctamente.
Cuando se activa el ABS, podrás notar cómo el pedal empieza a vibrar fuertemente a la vez que pierde sensibilidad. Al oído del conductor pueden ocurrir dos cosas, que suene algún pitido de aviso, y que escuchemos una especie “clack-clack-clack”. Además, en el cuadro de mandos podrá encenderse el testigo.
Antes de entrar en materia, y a manera de preámbulo, debemos tener claro que el hecho de tener un mal funcionamiento del sistema ABS no significa que nuestro coche se haya quedado sin frenos. Lo que quiere decir es que, vamos a circular sin el antibloqueo pero el sistema de frenos seguirá funcionando correctamente.
Realmente, como dato, no notaremos nada más allá de que nos salte el testigo en el tablero o un mensaje en el cuadro de mandos, o bien que tengamos un más que probable bloqueo en una frenada de emergencia.
El mayor problema viene cuando el coche tiene repartidor de frenada electrónico y al averiarse el ABS también queda fuera de servicio dicho repartidor.
En estos casos, las ruedas traseras pueden llegar a bloquearse incluso en frenadas normales, por lo que habrá que extremar la precaución y acudir lo antes posible a un taller de confianza para verificar el ABS. En este caso, dale a tu coche sólo el mínimo uso posible antes de reparar esta avería.
SI bien es posible continuar la marcha con una avería en el sistema ABS, es totalmente desaconsejable retrasar la inspección del ABS en un taller de confianza, donde usando métodos electrónicos de diagnóstico podrán el fallo y la ubicación de éste para, tras determinar la magnitud real del problema, optar por la mejor opción para subsanarlo.
Sin embargo, sí que existen algunos síntomas que pueden indicar dónde está la posible avería por lo que conviene que estemos atentos a ellos e indicárselo al profesional del taller. De forma que, si el fallo ocurre siempre que se frena suavemente o cuando se mantiene el pie en el freno (por ejemplo, en un semáforo), es posible que el problema sea simplemente del interruptor que se encuentra justo encima del pedal de freno.
Ver también:
El servofreno
Qué es la válvula EGR
Los amortiguadores y su importancia en la seguridad del coche
Sistema de transmisión