Tras la simple apariencia de la correa de distribución, hay una labor fundamental dentro del sistema de transmisión del coche. Encargada de coordinar diversos dispositivos y mecanismos, su conservación es primordial para mantener el motor en optimo estado.
Algunos coches, utilizan en su lugar una cadena; la cual cumple un rol similar; aunque su acción dentro del motor genera una cantidad considerable de ruido. Un fallo de la correa de distribución, puede generar daños considerables a la estructura del motor.
La correa de distribución es una banda de goma, con refuerzos metálicos en su interior que ajusta, de forma coordinada, el movimiento conjunto de válvulas de escape y admisión; dentro del árbol de levas; sincronizándolas de tal manera, que evite su choque con los pistones.
El movimiento coordinado que permite la correa de distribución, a través de las diferentes poleas, es el responsable del funcionamiento mecánico del motor que genera el movimiento del coche.
Su estructura flexible, le permite ajustarse al contorno del sistema. Aunque es necesario, conocer la medida adecuada de la correa de distribución para cada motor, a fin de que el ajuste sea el apropiado.
Es parte fundamental de los sistemas de distribución más comunes. Por lo general son resistentes; sin embargo, considerando las consecuencias de las averías ocasionadas por sus fallos, es recomendable prestarles la debida atención.
Su reemplazo requiere un arduo trabajo y por lo general involucra la sustitución de diversas piezas dentro del motor.
En ocasiones se le denomina correa de tiempos; debido a su labor de sincronía durante los tiempos de encendido, apertura /cierre de válvulas y escape; los cuales ocurren como principio mecánico fundamental del motor.
La correa de distribución, a través de sus propiedades de tracción, mueve el cigüeñal y el árbol de levas; lo cual coordina la apertura y cierre de las válvulas que emiten los gases hacia el pistón. En algunos casos, su acción permite el funcionamiento de las bombas de agua y aceite.
Si funcionase de forma inadecuada, los pistones podrían toparse con las válvulas; esto podría ocasionar deformaciones en el árbol de levas, de los mismos pistones o de las bielas; éstas últimas pueden llegar a romperse.
La estructura de una correa de distribución es bastante sencilla; el núcleo de malla de acero permanece en el interior, cubierto por la capa de neopreno, ofrece la resistencia necesaria para que la misma no pierda su forma fácilmente.
Consta de dos superficies; la parte interior contiene una serie de dientes o surcos que permiten su agarre a las poleas de arrastre. Su ajuste impide deslizamientos y asegura la movilidad del sistema.
Por el otro lado, su superficie es lisa, y se ajusta a los rodillos tensores; estos permiten ajustar levemente la correa a la distancia correcta entre las poleas y rodillos. También mantiene ajustada la bomba de agua y otros componentes que no requieren movimiento de rotación.
En el caso de las cadenas metálicas, el sistema emplea piñones en lugar de poleas de arrastre; de este modo cada punta del piñón coincide con el eslabón de la cadena. Aunque representa una solución mucho más duradera, es también más costosa y genera bastante ruido.
Como ya sabes, es importante cuidar el estado de la correa de distribución; sin embargo, por no encontrarse en una ubicación de fácil acceso, es una tarea complicada; ya que supone el desmontaje de varias partes del coche.
Los fallos más frecuentes que pueden afectar a este elemento, tienen múltiples causas que serán necesarias atender a la brevedad.
Desajuste de la correa de distribución
Esta avería es detectada por la presencia de un sonido agudo; relacionado a la fricción entre partes metálicas. Un desajuste de la correa puede estar generado por una mala alineación de las poleas, una correa mal tensada o que se ha estirado, acusando el deterioro de la misma.
Agrietamiento del dorso
El dorso de la correa de distribución corresponde a la parte lisa. A pesar de que sus materiales son flexibles, al estar expuesta a constante tensión, variaciones de temperaturas o incluso, al pasar mucho tiempo sin uso; estas tienden a agrietarse.
Una grieta en el dorso, es el síntoma inicial de una posible rotura; por lo cual, al ser detectada debe comenzar los preparativos para su sustitución.
Contaminación por aceite
La composición química del aceite y otros fluidos, pueden alternar la estructura de la correa de distribución. Si bien, son de alta resistencia, la presencia de aceite en la correa indica una filtración en alguno de los elementos como la bomba o el filtro.
La contaminación por aceite puede ir desde unas pequeñas manchas, hasta cubrir por completo el sistema de distribución. En el caso de las superficies lisas, esto causa dificultad en el ajuste debido a la disminución del agarre.
Deterioro de la superficie dentada
El deterioro por desgaste de esta superficie puede afectar diferentes partes; bien sea en los entredientes, la base o los laterales. Los daños en cualquiera de estos sectores de la correa disminuyen su capacidad de tracción y expone la correa a una rotura.
Cada tipo de daño corresponde a diversas causas; entre las cuales destacan la instalación de una correa de mala calidad, mala alineación de las poleas o tensión deficiente. También pueden producirse por una mala instalación de la correa de distribución.
Rotura de la correa de distribución
Es el fallo que siempre debe evitarse, ya que por lo general se produce mientras el coche está en funcionamiento. La pérdida de sincronía entre las válvulas y los pistones ocasiona averías en los mismos y la necesidad de una costosa reparación.
Cualquiera de las averías antes mencionadas, puede conllevar a la rotura de la correa de distribución; por tanto, lo mejor es tener especial cuidado en las recomendaciones de fábrica con respecto a su sustitución.
La sustitución de la correa de distribución sugiere un trabajo de suma importancia, que además condiciona el funcionamiento del motor y por supuesto la utilidad del coche. Los costos dependerán de los daños colaterales producidos por la rotura de la misma.
Si tenemos la buena fortuna, de poder cambiarla sin que esta se haya roto; bien sea dentro del plan de mantenimiento preventivo o por que el coche es de segunda mano y desconocemos la data de su mantenimiento, sin duda los costes serán menores.
Por otro lado, las recomendaciones de los expertos, sugieren incorporar dentro del proceso de sustitución, el cambio de las bombas de agua y aceite; otras veces se requerirá el cambio de correas auxiliares.
Los precios estimados de sustitución de la correa de distribución pueden oscilar entre los 400 y 700 euros; considerando una sustitución preventiva en la que no hubo daños del árbol de levas, las válvulas o las bielas.
Estos costes pueden variar según la localidad en la que te encuentres o el modelo del coche; por lo que se estima que el costo mínimo promedio en España podría ser hasta 465,72 euros; precio que incluye la sustitución de la bomba de agua.
Si no ha podido tomar previsiones, y la correa de distribución se ha roto, los daños seguramente serán mucho mayores. Las reparaciones necesarias en estos casos podrían ir desde los 1.500 euros y alcanzar cifras de hasta 5.000 euros.
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